El fotógrafo Rafael Andrés Torres, natural de San Juan, Puerto Rico y estudiante de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras juega con los claros/oscuros y el estilo barroco en su propuesta fotográfica “Cuerpos (Des)vividos. La exaltación del cuerpo desde una perspectiva realista que logra traer y resaltar sus imperfecciones al espectador es representada en imágenes fotográficas a través de la plataforma Instagram. El cuerpo es visto por el autor de este proyecto como un instrumento de vida cuyas historias van marcadas en los contornos de su piel.
María pasó en septiembre. La normalidad para muchas familias en sectores del municipio de Canóvanas no ha llegado, tampoco la ayuda estatal, ni federal. Los escombros siguen ahí. Hay familias todavía viviendo en refugios, otros han reconstruido sus casas con las maderas que se salvaron después del huracán y sus techos son un toldo. Cinco meses han pasado tras María y las que siguen afectadas son las comunidades más vulnerables que debido a sus terrenos, poca calidad de materiales de construcción y su extrema pobreza quedaron devastadas y olvidadas. La zona rural de Puerto Rico está en la postergación. Sus ciudadanos han tenido que doblarse las mangas a los codos y autogestionar la reconstrucción de sus comunidades.
A meses después del paso del huracán María por Puerto Rico, hay puertorriqueños que han dejado la isla en busca de nuevas oportunidades, hay quienes se han sentado a esperar que la ayuda llegue pero hay algunos otros que han puesto a trabajar su creatividad “buscándoselas” para sobrevivir en medio del caos y aportar su granito de arena a la reconstrucción de la isla del encanto. Todavía hay sectores sin electricidad y los árboles que María derrumbó al piso siguen decorando la orilla de las carreteras.
54: Cincuenta y cuatro días después del devastador azote del huracán María el 20 de septiembre en Puerto Rico, Gladys Portuondo y Emmanuel Vázquez continúan como nómadas en el carro con sus tres hijos y sus pertenencias de lado a lado. Su hogar ubicado en el sector Macaná del Río en el municipio de Guayanilla al sur de Puerto Rico, quedó destruido tras el paso de María.
Cada cual hace lo que cree conveniente, pero…
En mi opinión, es un discurso pendejísimo eso de medir la puertorriqueñidad o el patriotismo por: si eres bravo y te quedas a reconstruir a Puerto Rico, o si eres tan “cobarde” y te vas a coger “aire” al mainland. Es más, me parece que hasta coquetea con la irrealidad el mantener un ultra-positivismo en estos momentos, en medio de un obvio desastre y desmadre. Decirlo, sentirlo y promocionarlo me parece un poco centrado en un “YO” súper lejano de las situaciones de muchos que la están pasando muy mal.